Las Bienaventuranzas


Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos:
  • Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 
  • Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. 
  • Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 
  • Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 
  • Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 
  • Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios .
  • Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 
  • Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 
  • Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 
  • Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
 (Mt 5,3-12)